5/4/09

Manifestación Día de la Tierra

S.O.S.: Salvemos el planeta del capitalismo

Cambio climático: un reto social inminente

( grupo de ecosocialismo de IA de Madrid)

El cambio climático es, con toda probabilidad, el problema ambiental más grave que enfrenta la humanidad, pero no es sólo un problema de ámbito ambiental sino también económico y social.

El último informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) (organismo de Naciones Unidas creado para estudiar el cambio climático y asesorar a los gobiernos sobre el tema), fechado en 2007 es concluyente al respecto. Once de los doce años más cálidos desde 1850 están entre 1995 y 2006. La temperatura media global ha aumentado 0,74ºC de 1906 a 2005. Al tiempo que la tendencia al aumento de la temperatura de los últimos cincuenta años prácticamente dobla la de los cien anteriores. El incremento de “gases invernadero” (GI), como el dióxido de carbono (CO ) y el metano (CH), lejos de reducirse sigue creciendo y lo hace a velocidad mayor de la prevista.

Pero esto no es ni mucho menos un informe alarmista, sino el informe de conclusión redactado para lograr el consenso científico. Muchísimos especialistas, entre los que se cuentan los más prestigiosos expertos, tienen una percepción aún más pesimista. Aumenta también el consenso sobre que es preciso empezar a reducir las emisiones mundiales en el próximo decenio y hacerlo de forma rápida, si se quiere evitar que la temperatura no aumente más de 2ºC, cifra a partir de la cual pueden desencadenarse fenómenos catastróficos irreversibles.

La comunidad científica internacional lleva tiempo constatando el origen humano del cambio climático por la emisión descontrolada a la atmósfera de los denominados “gases invernadero” (GI), causada fundamentalmente por el modelo socioeconómico actual de capitalismo globalizado. Los modos actuales de producción, consumo, transporte, generación de energía, gestión del territorio etc se traducen en la quema masiva de combustibles fósiles. Dichos gases invernadero atrapan la radiación solar en la atmósfera de la tierra provocando su calentamiento progresivo.

Como señala también la Organización Meterológica Mundial (OMM), por primera vez en la historia seis ciclones tropicales con nombre llegaron a tierra en los Estados Unidos de forma consecutiva y, también por primera vez en la historia, tres huracanes de gran intensidad asolaron Cuba.

Del mismo modo, se ha hecho patente la aceleración del deshielo del Ártico. La OMM señala en la misma nota de prensa que el 14 de septiembre de 2008, durante la temporada anual de fusión y formación, el hielo marino del Ártico alcanzó su nivel mínimo, que era además el segundo nivel más bajo observado desde que empezaran a efectuarse mediciones por satélite en 1979

A principios de marzo de 2009, el Congreso Científico Internacional sobre Cambio Climático de Copenhague advirtió de que los glaciares, así como las masas de hielo de Groenlandia y la Antártida, se están derritiendo a mayor ritmo del esperado, además de que los océanos continúan calentándose y expandiéndose, como señaló el profesor John Church, del Centro australiano para la Investigación del Clima y del Tiempo. Las observaciones por satélite y terrestres más recientes muestran que el nivel del mar sigue subiendo tres milímetros al año, una cifra bien por encima de la media del siglo XX, comentó Church.

Como dato más escalofriante y revelador, el pasado 17 de febrero, se desprendió una plataforma de hielo de la Antártida del tamaño de la isla de Hawai.

El cambio climático es también un grave problema de índole social, los cambios que genera sobre el medio ambiente afectan y afectarán todos los aspectos de nuestras vidas: el suministro de agua y comida, las zonas de influencia y los patrones de las enfermedades, las esferas productivas y los modos de subsistencia y empleo (para empezar aquellas economías estrechamente ligadas a recursos sensibles al clima como agricultura, piscicultura, turismo se verán alteradas y en algunos casos estarán en riesgo).

El último informe del IPCC establece que “los costos y beneficios del cambio climático en la industria, los asentamientos humanos y la sociedad variarán ampliamente según la localización y la escala. Sin embargo, en general, los efectos globales tenderán a ser más negativos cuanto mayor sea el cambio en el clima”.

Los países difieren tanto en su contribución al cambio climático como en la vulnerabilidad frente a sus impactos. Irónicamente, muchos de los países que tienen menor responsabilidad por el crecimiento de la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera terrestre serán los que probablemente sufran los impactos más serios del cambio climático. En todos los escenarios analizados, África, Medio Oriente, India y el Sudeste Asiático son los que sufrirán los impactos más fuertes.

El IPCC confirma que los impactos del cambio climático se pueden mitigar estabilizando los gases de efecto invernadero, de modo que no se superen los dos grados de incremento de la temperatura global respecto a la época preindustrial. Sin embargo, por otra parte, el IPCC coincide en que no nos queda demasiado tiempo para estabilizar dichas emisiones.

Y es que para limitar los efectos del cambio climático es preciso cambios profundos en los mecanismos de producción y transformación de energía lo que a su vez lleva aparejado la necesidad de cambios profundos en importantes áreas de poder económico. Más allá de parches cosméticos limitar los efectos del cambio climático obliga a transformaciones políticas y económicas profundas.

Estos cambios de modelo energético y producción ponen en cuestionamiento el modelo actual capitalista, asentado en una lógica productivista, consumista y contaminante a unos ritmos inasumibles para a la naturaleza y dentro de un mundo con recursos limitados.

La necesaria transición del modelo productivo actual no resultará fácil pero es inevitable para la supervivencia por ello es necesario que cuente con una amplia participación social. Los nuevos cambios que se den deben no sólo afrontar la cuestión medioambiental pero dar una respuesta a la realidad social en la que nos encontramos. Por ello, creemos que el actual sistema capitalista no puede regular, y mucho menos superar, las crisis que ha desatado. Es necesario plantear políticas y medidas anticapitalistas basadas en lógicas que busquen la justicia y el bienestar social, y sean medioambientalmente sostenibles.

Las continuas cumbres internacionales para resolver este problema han arrojado un magro resultado. Es poco discutible que los acuerdos son insuficientes y que abundan los trucos para hacerlos menos incómodos(tales como el comercio de emisiones, la contabilización de los sumideros o los mecanismo de desarrollo limpio). También lo es que los esquemas liberales han dejado su impronta más allá de lo razonable en la importancia concedida a los mecanismos de mercado en el interior de la UE.

Pero 2009 es un año clave en la lucha contra el cambio climático. Durante la Cumbre de las Naciones Unidas de Cambio Climático que tendrá lugar en Diciembre en Copenhague, se decidirán los detalles del acuerdo que sustituirá al Protocolo de Kioto, una vez que éste haya expirado su periodo de vida a finales de 2012.

Huelga explicar aquí que cuanto más se extienda la protesta ciudadana a favor de la reducción de las emisiones de GI y de un mundo más justo y sostenible, más presionados estarán los gobiernos de todo el mundo a asumir de una vez compromisos firmes y decididos, en lugar de eludir sus responsabilidades para continuar cediendo ante los poderes económicos. Y no nos queda demasiado tiempo para invertir esta situación.

En nuestra visión, la crisis ecológica y la crisis de deterioro social están profundamente interrelacionadas. Es por ello que la movilización ciudadana resulta decisiva para crear una situación política distinta en la que el cambio climático deje de ser un problema lejano que se abordará cuando se hayan resuelto otros más importantes o un asunto del que se habla mucho y se hace poco.

Desde Izquierda Aniticapitista nos sumaremos a las movilizaciones que se lancen y trabajaremos por otro modelo socialmente justo y medioambientalmente sostenible que no puede darse en el modelo actual que es la causa de donde estamos. La siguiente jornada de lucha la tendremos durante la semana de la tierra del próximo mes de abril, que culminará en una manifestación el día 25 de abril. Desde Izquierda Anticapitalista, vamos a estar presentes en las movilizaciones porque ante el CAMBIO CLIMÁTICO: COMIENZA LA CUENTA ATRÁS. CAPITALISMO CULPABLE.



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